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Sobre el don de sanación dado por Cristo: «Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos»

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DÍA 19 | LA CURACIÓN DEL PARALÍTICO. EL SACERDOTE ES CURA

La palabra cura, hace referencia a que el sacerdote es el que cura. Esto, sobre todo, se dice en cuanto a la sanación de las almas, y, por qué no, también a poder sanar la psique y el cuerpo. Aunque, nunca por su propio poder sino por la gracia de Cristo.

«El cristiano tiene su propio poder, que le fue dado por Cristo (recuerda D. Santiago Arellano Librada): «Les dio el poder de curar todo tipo de dolencias y enfermedades» (Mt 10, 1). No podemos pecar por omisión dejando de recurrir a este poder; privaríamos entonces de una esperanza a aquellos a quienes la ciencia ahora niega cualquier posibilidad de curación.

Jesús se preocupaba de la salud del cuerpo, además de la salvación del alma. Era visto como «un médico, carnal y espiritual».

Sanar a los enfermos es una parte integrante del oficio del pastor y del anunciador del Evangelio. Sin embargo, para llevar a cabo esta tarea, el servidor del Evangelio debe primero ser sanado él mismo. Así como, para evangelizar necesita primero ser evangelizado, así, para sanar primero hay que ser sanado.

A través de la oración, los sacramentos, la Palabra de Dios, el que realmente obra es el Espíritu Santo.  Ya en el Evangelio, las curaciones aparecen realizadas por el poder del Espíritu Santo.

Jesús mismo afirma que el Espíritu del Señor ha venido sobre Él para «proclamar la liberación a los prisioneros, dar a los ciegos la vista y vendar las heridas de los corazones rotos» (Lc 4, 18).

A Él, en la secuencia de Pentecostés, la Iglesia nos hace preguntarle: «Sana quod est saucium», «sana lo que está herido».

Un don gratuito para algunos creyentes para el provecho de la fe

El carisma de las curaciones, en el sentido entendido por san Pablo, es también un don gratuito hecho a algunos creyentes, no necesariamente en
virtud de su santidad, sino para el provecho de la fe y especialmente para la fidelidad de Dios en el cumplimiento de la promesa hecha por Cristo: «Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos» (Mc 16, 18).

El don de sanación es delicado, fácilmente expuesto a manipulaciones y abusos; por lo tanto, nunca serán suficientes la prudencia y la vigilancia de la Iglesia».

¿Y quien no se cura?

Siempre podemos pedirle al Espíritu Santo que nos sane. Pero si Él no lo hace, no tenemos por qué concluir que no tenemos Fe, o que Dios no nos ama y nos castiga. Más bien debemos pensar que quiere hacernos un regalo más precioso, aunque sea difícil de aceptar. La salud recuperada un día se perderá junto con la vida, pero el mérito de haber soportado con paciencia permanece para toda la eternidad.

«Consideremos si el Señor nos puede decir estas palabras:

Si tuvieras fe como un granito de mostaza, moveríais montañas. Así dije a todos en Mi Evangelio, y así digo también a Mis Sacerdotes. Vosotros sois el medio para Mi Obra. Necesito conductos libres de dudas y resistencias. Haced vuestras Mis Palabras en vuestros corazones. Necesito en vosotros la fe de aquellos amigos del paralítico que fueron capaces de romper el techo de la casa para acercármelo.

Así deseo que rompáis los criterios mundanos y confiéis en Mi Palabra porque no sólo el ciego verá, los paladares insípidos se alimentarán con el Pan que da la vida eterna. Adelantar la hora de Mi Reinado por medio de vuestra fe.

La desesperanza entra como espada en vuestros corazones y el amor queda olvidado. Pastores míos, imponed vuestras manos en Mi Nombre. Ungid a los enfermos. Proclamad Mi Palabra para que sus oídos se destaponen y puedan oírme. Perdonad los pecados y así puedan caminar en la vida de gracia y hacerme bajar como alimento y así sean saciados en medio de sus enfermedades, para que todos crean».*

 

*Texto del libro ‘Nuevo Pentecostés Sacerdotal. Cincuenta días para renovar nuestro sacerdocio’ (Santiago Arellano Librada). Se puede adquirir en la web de la editorial Cor Iesu,  en librerías y plataformas comerciales.

 

No te pierdas ningún vídeo de este itinerario. Puedes seguir la serie completa en cualquier momento, a través de nuestro canal de YouTube en la lista Nuevo Pentecostés Sacerdotal.

 

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