Estas son las promesas de la Virgen para quien lleve el Escapulario del Carmen
(Gaudium Press) Hoy día 16 de julio la Iglesia celebra a la Virgen del Carmen, patrona de la Orden del Carmelo y de los marineros. Signo de su presencia maternal y de su protección es el Escapulario, que Nuestra Señora entregó al carmelita inglés San Simón Stock.
El hecho ocurrió un Día del Carmen, el 16 de julio de 1251, luego de que el santo orase con gran insistencia a la Virgen. Por este tiempo la Orden del Carmelo se hallaba pasando algunas penurias, ya que debió salir de Tierra Santa. Entonces San Simón suplicaba a María alguna muestra de su protección especial para la Orden.
Foto: Vanesa Guerrero por Cathopic. |
“Flor del Carmelo, Viña florida, esplendor del cielo; Virgen fecunda y singular; oh Madre dulce de varón no conocida; a los carmelitas proteja tu nombre, Estrella del mar”, decía San Simón Stock a la Virgen.
Muy pronto Nuestra Señora respondió su clamor, y se le presentó a San Simón custodiada por ángeles. Le entregó el Escapulario y le hizo una promesa:
Quien muera con el Escapulario no padecerá el fuego eterno
La Madre del Cielo prometió que quien lleve su Escapulario, no padecerá en el infierno. Así se lo dijo al santo inglés:
“Toma amado hijo este escapulario de tu orden como símbolo de mi confraternidad y especial signo de gracia para ti y todos los Carmelitas; quienquiera que muera con esta prenda, no sufrirá el fuego eterno. Es el signo de la salvación, defensor en los peligros, prenda de la paz y de esta alianza”.
Pero ésta no fue la única promesa que la Virgen del Carmen hizo. Ya que siete décadas después, dio otro regalo:
Nuestra Señora librará del Purgatorio a quien haya vestido su Escapulario. Lo hará el sábado después de su muerte
Ocurrió en el año 1322 con el Papa Juan XXII. La Virgen del Monte Carmelo se le apareció vistiendo el hábito del Carmen, dándole a conocer la llamada “Indulgencia Sabanita”:
“Yo, Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de su muerte, a cuantos hubiesen vestido mi Escapulario”.
Es así como el 3 de marzo de 1322, el Pontífice promulga la Bula Sabatina, que fue ratificada luego por otros Pontífices, como lo hizo el 20 de enero de 1613 el Papa Paulo V, quien declaró: “el sábado siguiente a la muerte de los cofrades carmelitas, o como lo interpreta la Iglesia, cuanto antes, pero especialmente el sábado, la Virgen del Carmen, con cariño maternal, los libra de la cárcel expiatoria y los introduce en el Paraíso”.
El Escapulario
El Escapulario del Carmen está compuesto por dos piezas de lana en tono marrón que están unidas entre sí por dos cordones. Éste representa el hábito de la Orden del Carmelo, y es un sacramental, por lo que debe ser bendecido e impuesto por un sacerdote. Tanto la bendición como su imposición valen para todos los Escapularios que luego lleve consigo la persona.
“Recibe este santo Escapulario como señal de la Santísima Virgen María, Reina del Carmelo, para que, con sus méritos, lo uses siempre con dignidad, sea tu defensa en todas las adversidades y te conduzca a la vida eterna”, son las palabras que dice el sacerdote al imponer el Escapulario del Carmen.
Con información de Cultura Católica.
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