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El cíngulo de San José: Una liga por la pureza

El cíngulo de San José: Una liga por la pureza

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El cíngulo es una especie de cinturón blanco, de algodón. Ordinariamente se usa como ornamento para la celebración litúrgica. Simboliza la castidad.

Basados en esto, cuando se dedica a San José, simboliza una salvaguarda de la pureza, un ponerse bajo su protección.

Origen

Su origen en principio está atribuido a una monja agustina belga, llamada Hna. Elizabeth. En 1657, después de tres años de dolorosa enfermedad, estaba desahuciada por los médicos, y en espera de una cercana muerte. Pero esta Hermana, habiendo sido muy devota del Santo Patriarca, confeccionó un cíngulo (cordón), lo hizo bendecir en honor a San José, y se lo ciñó. Unos días después, mientras rezaba, se sintió sana. Esto fue atribuido a un milagro.

Su ejemplo fue seguido también por numerosas personas, que también alcanzaron gracias espirituales y temporales.

Entre las gracias que se obtienen están:

  • La protección especial del Santo Patriarca.
  • Un auxilio especial en la enfermedad.
  • la pureza del alma.
  • la gracia de la castidad.
  • la perseverancia final.
  • su particular asistencia a la hora de la muerte.

Algunos significados

Vigilancia: Jesús nos exhorta a prepararnos a la vida eterna con la pureza de la vida y las obras santas: “Estad preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas…»  (Lc 12,35).

Pureza-castidad: Es el sentido original del cordón. Santo Tomás de Aquino fue igualmente preservado en esta virtud, cuando tuvo una visión de unos ángeles que le ceñían la cintura con un cordón.

Fe: Según lo dice S. Pablo: «Ceñíos con el cinturón de la verdad… « (Ef.6,14).

Es también signo de justicia, de fortaleza y de penitencia.

Cómo elaborar y usar uno

El cordón debe ser de lana o de algodón blanco, lo suficientemente largo como para que una persona se lo pueda atar a la cintura, y caiga un poco a los lados.

Hacer siete nudos en uno de sus extremos, en recuerdo de los gozos y dolores de San José.

Se puede llevar también entre la ropa, circundando el cuerpo.

Debe estar bendecido. Es como un escapulario, un sacramental: Debe pedirse a un sacerdote que bendiga e imponga el cíngulo de San José, si es la primera vez que se usa.

Si el primero se deteriora o pierde, no es necesario bendecir los sucesivos cíngulos. Basta la  primera bendición ritual ya  impartida.

 

Ideas sobre su bendición

La bendición litúrgica fue aprobada por el Beato Pío IX el 19 de septiembre de 1859 (Ritual romano). Se compone de cinco plegarias.

 

  • En la primera, se invoca la bendición sobre el cordón, que se llama «carnet de castidad».
  • En la segunda se invoca el don de la pureza de mente y de cuerpo.
  • En la tercera otra vez se invoca la intercesión de San José, custodio de Jesús y María en la castidad.
  • En la cuarta se pide una vigilante espera de la buena muerte.

El sacerdote, en ese momento, bendice e inciensa los cíngulos de San José.

  • Concluye con una quinta oración, invocando de Dios el don de la perseverancia y la vida eterna.

Oraciones a San José

Quien viste este cíngulo debe recitar el Gloria al Padre siete veces todos los días, en honor de los siete gozos y dolores de San José, y la oración por la pureza.

Oración por la pureza

Oh Custodio y Padre de vírgenes, glorioso San José, a cuya fiel guarda fueron encomendados la misma Inocencia, Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes María; por estos dos seres queridos, Jesús y María, os ruego y suplico me alcancéis la gracia de que, manteniéndome puro en la mente, limpio en el corazón y casto en el cuerpo, sea siempre siervo fiel de Jesús y María. Amén.

Dolores y gozos de San José (breve)

  1. El Dolor ante la duda de tener que abandonar a su querida esposa, y el Gozo de la revelación del misterio de la Encarnación. Gloria.
  2. El Dolor de ver nacer al Niño Jesús en tanta pobreza, y el Gozo de verlo glorificado por los ángeles y adorado por los pastores. Gloria.
  3. El Dolor en la circuncisión al ver derramada la primera sangre del Mesías, y el Gozo de oír su Nombre de ‘Jesús’, Salvador. Gloria.
  4. El Dolor de escuchar en la profecía de Simeón lo que habrían de sufrir Jesús y María, y el Gozo de saber que sería para la salvación de innumerables almas. Gloria.
  5. El Dolor al saber que Herodes quería matar al Niño, y el Gozo que lo confortó al huir con Jesús y María a Egipto. Gloria.
  6. El Dolor que le infundió el temor de Arquelao, y el Gozo con que lo tranquilizó el ángel, de volver a Nazaret. Gloria.
  7. El Dolor de la pérdida del Niño Jesús durante tres días, y el Gozo de encontrarlo en el Templo entre los doctores. Gloria.

Animamos a ser muy devotos de San José y al uso de este sencillo signo de consagración a él.

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