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Conventos 2. Daimiel

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Casi 700 monasterios hay en España, cada uno de ellos tiene una cultura, una historia, una vida intrínseca en sus muros que hay que contar. Conventos es un formato de entrevistas a las personas que han decidido que su vida debe estar dentro de un convento para dedicarse a eso que llaman Vida Contemplativa. Increíbles historias de gran valor humano. Cómo es su rutina diaria, de qué viven, qué comen, qué cocinan, dónde duermen, como se divierten, en definitiva como es su vida. Descubriremos el torno, el locutorio, la reja y qué sentido tienen, para cambiar la imagen sesgada, denostada y diferente que se tiene de la Vida Contemplativa. Una producción de “Confía Producciones y Comunicación” en la que ha colaborado, con su financiación, el Instituto Pontificio Claune, ordenada a prestar ayuda a los claustros necesitados, y a la promoción de la vida contemplativa.

La vida está marcada por las decisiones que tomamos. Cada una de esas decisiones conlleva una renuncia a algo o a alguien. Algunas mujeres eligen un camino diferente, especial, renuncian a convivir directamente con sus familias, no salen con sus amigos y dejan a un lado muchas de las cosas cotidianas que tenemos. Ellas dicen, que el origen de esa decisión que toman se encuentra en otro, otro con mayúsculas que les llena de paz, alegría, plenitud,  en definitiva de felicidad.

Esta vez viajamos al convento de Nuestra Señora de la Victoria en Daimiel, un pueblo de Ciudad Real en el corazón de la Mancha y este es un convento de la orden de los Mínimos, ellas son las monjas mínimas. Es un convento que data del año 1627. ¿Por qué estas religiosas se llaman mínimas? Este nombre viene de la Fundación San Francisco de Paula, es un fundador italiano y que nació en el año 1416 y recibió una llamada especial de Dios y se retiró de ermitaño a los 14 años. Con el tiempo los jóvenes del pueblo le descubrieron en los montes y le decían que querían vivir como él. Los acogió como hermanos y empezaron a vivir como ermitaños, con el tiempo fueron agregándose nuevos hermanos surgiendo la orden de los Mínimos. ¿Y por qué Mínimos? porque San Francisco de Paula quiso reflejar en el carisma lo que quería vivir, la pequeñez, la humildad, como Cristo se hizo pequeño, nació en Belén para después morir en la cruz. Ese sentido de humildad y de pequeñez lo reflejó en el nombre.

En el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria viven actualmente quince hermanas de distintas partes de España, y cuatro jóvenes. «Mucha gente pregunta cuando vienen a vernos, ¿por qué estáis en el monasterio, ahí encerradas sin salir? y yo suelo decir que la Iglesia es un gran árbol y cada uno descubre su misión. Dios tiene un proyecto personal para cada uno, y cada uno tiene que descubrir cómo, lo descubre en el corazón», explica la hermana. «Muchas veces cuando la gente viene a vernos se extraña de la verja y entonces tienes que empezar a explicar sobre todo a los niños que la reja es un signo que quiere indicar que nosotras vivimos aquí en un recinto cerrado una vocación que Dios nos ha regalado. El exterior vive otra realidad, la reja sólo está aquí, dentro no hay ninguna reja».

¡No te pierdas el reportaje completo, te acercarás más que nunca a la vida de clausura y entenderás muchas cosas!

 

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