«La oración contemplativa es una mirada sencilla a Dios en el silencio y el amor. Un don de Dios, un momento de fe pura en el quien ora busca a Cristo, se entrega a la voluntad amorosa del Padre y recoge su ser bajo la acción amorosa del Espíritu Santo». Es como subir de nivel en nuestra relación con el Señor. En la oración de meditación interviene la reflexión. Sin embargo, la actitud contemplativa, la oración de contemplación es entrar en una alianza amorosa con Dios que requiere la acogida y escucha porque es una gracia que Él nos concede. Es en silencio «contemplar al amado de nuestra alma».
Santa Teresa de Jesús, gran maestra de la oración, la definía así: «No es otra cosa oración mental sino tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama». Y es así cuando llega un momento en que las palabras sobran y entramos en una atención amorosa en la presencia de Dios.
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