¿Cómo confiar en Dios si le hacemos responsable de nuestras adversidades?

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El padre Zanotti aborda aquí un asunto que puede inquietar a más de un creyente. La cuestión que se le plantea tiene que ver con lo difícil que resulta decir a Dios, desde el corazón y con determinación la frase «haz de mi lo que quieras». Nos da miedo porque pensamos que «es abrir la puerta al sufrimiento».

En parte sería lógico pensar así si solo miramos a Cristo crucificado, o si pensamos en mártires y santos de la Iglesia. Pero la verdadera razón de ese temor es que, una vez más, se nos olvida que Dios nos ama, nos quiere felices y no es responsable del mal que podamos sufrir.

«La enfermedad no viene de Dios», ni tampoco la maldad del mundo capaz de matar, que «viene del pecado del hombre y no de Dios», recuerda el P. Zanotti.

Por eso, para afrontar las adversidades, que son parte de la vida y nunca van a faltar, hay que pedir confianza a Dios y poner nuestra vida en sus manos, porque Él quiere sostenernos con todas sus fuerzas… si le dejamos.