Un ‘diminuto’ libro le sacó de la adicción digital y de la depresión

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Hoy os traemos un testimonio sencillo y valiente. El de una conversión que no nos habla de impactantes experiencias, sino de la sucesión de pequeños acontecimientos y mensajes clave escondidos en el día a día. Y en Internet.

Como sucede en nuestro tiempo a miles de personas, cada día y en cualquier parte del mundo, también es el testimonio de la conversión en proceso, la que refleja las dificultades de abrazar la fe cuando se viaja en solitario, sin referencias, o cuando no se encuentra un adecuado acompañamiento espiritual. El camino se complica, pero es importante no desfallecer.

Juan Carlos estuvo alejado de la Iglesia prácticamente toda su vida. En su desempeño profesional irrumpieron hace años las nuevas tecnologías. Lo que en principio sería tan solo parte de su trabajo acabó, poco a poco, arrastrándole hacia unos derroteros de consecuencias irreparables para su matrimonio y para su salud. Su adicción a Internet afectó a su matrimonio. Como él dice, la duda estaba sembrada y el adulterio, aunque no fuera de hecho sino de pensamiento, se instaló en su relación. La pareja se rompió y el divorcio desencadenó un gran sin sentido para él. Y sobrevino la depresión.

En un gran momento de oscuridad y vacío surgió para él un diminuto ejemplar de «Imitación de Cristo» (Tomás de Kempis), del que dicen es el segundo libro más leído de la historia después de la Biblia. Considera que es la semilla que Dios puso en su camino, porque marcó un punto de inflexión definitiva en su vida. «Allí leía cosas muy importantes, hablaba de cosas que me sucedían a mi y también me llamaba la atención las citas bíblicas».

En búsqueda de su espiritualidad, a su manera, autodidacta, fue superando la depresión. Pero también en esa nueva tarea, mezcla de curiosidad y necesidad, dirigía la vista hacia otras religiones, ideologías y mensajes.

Hasta que su «investigación en Internet» se centró en frases de las Sagradas Escrituras que «solo pueden haber sido escritas por Dios», dice Juan Carlos. Esa revelación de la Palabra en el mundo digital, le llevó a una lectura de la Biblia más en profundidad.

Con suavidad y sin estridencias, como Dios hace tantas veces las cosas, empiezan a aparecer en escena el grupo de feligreses, la iglesia a la que siente que debe entrar, el sacerdote que le anima al sacramento del Perdón, la misa regular… Personas y situaciones, en definitiva, que empiezan a esbozar para él una vida renovada por el perdón de Dios y el regreso a la Iglesia.

Este es el testimonio de un hombre de hoy, en proceso de conversión y consciente de las dificultades que tendrá que superar, pero que sigue buscando la forma más adecuada de afianzarse en el camino iniciado y de consolidar su fe.

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