Y tú: ¿cómo interpretas las palabras clave de las Bienaventuranzas?

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En este nuevo capítulo de Escenas de la Vida de Jesús, el P. Valentín Aparicio nos propone una nueva mirada a tres Bienaventuranzas que con frecuencia no comprendemos o no interpretamos correctamente.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, es una llamada a ser santos, a dejar de vivir en la mediocridad.

Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán la misericordia, nos lleva a recordar que Jesús se conmovió, sintió compasión en muchos momentos de su vida pública, como relatan los Evangelios. Con esa perspectiva, esta bienaventuranza nos invita a imitar a Jesús en su mirada compasiva, en su misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón: San Agustín dice que el corazón limpio es el corazón simple. «A medida que vamos creciendo nos vamos complicando». «Tenemos que evitar ser complicados», porque el corazón limpio no es solo un corazón puro, sin pecado; es también un corazón sencillo, un corazón de niño.

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