San Bernabé emprendió un viaje hacia el Señor y sin querer volver a las cosas del mundo

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Os presentamos un programa más del Padre Valentín para acercarnos de forma amena a diferentes personajes de la Biblia. En este episodio hablaremos de la figura de Bernabé, uno de los personajes más conocidos de la Iglesia primitiva. Con tal abundancia de apóstoles pudiera parecer una figura de segunda división pero su importancia fue fundamental para la Iglesia. Bernabé era natural de la isla de Chipre y él pertenecía a una de las familias más importantes de Israel porque era levita o de estirpe sacerdotal. Fue además una de las primeras personas en abrazar la fe cristiana.

Rápido se traslada a Jerusalén porque sus oficios sacerdotales así lo requerían y allí conoce la fe naciente. Hasta tal punto, que vende las posesiones familiares que tenía en la isla de Chipre y pone todo el dinero a disposición de los apóstoles. «Entendemos por ello, que es una persona valiente porque alguien de su categoría social convertido tendría que recibir mucha presión para no dar ese paso», explica el Padre. Además el venderlo absolutamente todo sin quedarse sin ningún respaldo económico indica hasta qué punto quería quemar los barcos para no dar marcha atrás en su vida. «Le había entregado la vida a Jesucristo al cien por cien. Había emprendido un viaje hacia el Señor y no se quería jamás volver hacia las cosas del mundo.

Tras esto, comienza a realizar una labor misionera, sencilla en la Iglesia de Antioquía donde había una comunidad cristiana vibrante. De hecho, se convirtió pronto en una especie de caza talento pues se da cuenta que un tal joven Saulo que estaba en Tarso y se había convertido pero había regresado a su casa tranquilamente a seguir trabajando. Él recorre media Europa desde Jerusalén para ir a Tarso y convencer a este Tarso de que se convierta en un apóstol.