Sobrevivió al COVID, y al confesarse perdió el miedo a morir sintiendo una paz absoluta

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Julio es un cristianito más como él se define y un superviviente también de esta pandemia del COVID. Tras sobrevivir a la enfermedad del aceite tóxico de colza, a un cáncer y al COVID, hoy puede contar cómo vivió el estar más cerca de la muerte pero siempre con la fe y confianza en el Señor y cómo perdió el miedo estando en la peor de las situaciones.

Tras proponerse en el año 2020 tomárselo con calma tras un Centenario del Sagrado Corazón de Jesús muy intenso a nivel de trabajo, se contagió del COVID. «Caí en el COVID en la primera ola, al principio no estaba preocupado, estuve diez días en casa donde estaba trabajando», comenta Julio. Pero la fiebre no remitía, los dolores tampoco hasta que llegó un punto que un 22 de marzo tuvo que decirle a su mujer de ir al hospital. En el hospital ya cuando le dieron habitación, su salud se fue agravando cada vez más.

«Llegó un punto que me tuve que despedir de mi familia , lo hice por whas app porque no era capaz ni de hablar, no podía respirar», recuerda. En ese momento gracias a que el Señor fue poniendo a Julio, como bien explica en el camino de conversión, le fue formando y educando en lo que tenía que hacer, toda su preocupación era estar bien con el Señor. «Al principio tuve un proceso interno muy fuerte de miedos, por mi familia sobre todo por dejar a mi mujer y a mi familia solos. Pero en un determinado momento el miedo se me quitó después de echar alguna lágrima logré que me visitara el capellán del hospital».

Un poco de manera desesperada por no poder comunicarse, le hizo entender al sacerdote su deseo de confesarse, de ponerse a bien con el Señor porque estaba viendo que la vida se le escapaba. «Me dio mucha luz y mucha paz porque algo entendió por los gestos que le hacía ya que no era capaz de habla. Me dio la absolución así que ese momento me dio una paz absoluta y no tuve miedo ninguno a la muerte», recuerda Julio.