Héroe de guerra recibe el bautismo en su lecho de muerte. Su hija pasó 24 años rezando por su conversión
(Portaluz) La fe de una hija, la fiel disponibilidad de un sacerdote y la gracia de Dios se fusionan en la batalla por salvar un alma más para el cielo.
“Si te bautizas en la Iglesia Católica, yo seguiré tus pasos y me bautizaré también”. Fueron las palabras del padre de Trang Doan que ella jamás olvidó. Médico de profesión, Ba Doan había presenciado el bautismo de su hija en la iglesia de los Santos Mártires de Vietnam, en Arlington, pero al paso de los años no cumplía su promesa. Pero Trang, su hija, pasó 24 años rezando fervorosamente por su conversión. Cuando el médico enfermó, la joven vio que el tiempo apremiaba; no estaba dispuesta a dejarse vencer y pidió la ayuda del padre Stefan P. Starzynski, capellán del hospital Inova-Fairfax (Washington D.C., U.S.A.).
Durante las semanas que el doctor Ba Trang pasó en el hospital, el padre Starzynski lo visitó a menudo. Se enteró así del heroico servicio de Ba durante la guerra de Vietnam, de su angustiosa huida del país, de los años que pasó criando a Trang y cuidando enfermos en Estados Unidos, su país de adopción. Fue testigo de la virtud natural de Ba y de su preocupación por los demás. En varias ocasiones, el padre Starzynski le preguntó a Ba si quería ser bautizado, pero el anciano siempre se negaba. El capellán, aunque percibía en este hombre un interés natural por la fe, evitó cualquier presión para no incomodarlo.
Un día, cuando Trang visitaba a su padre en el hospital, le pidió al padre Starzynski que le preguntara a Ba por última vez si quería bautizarse. Y esta vez, para sorpresa de todos, el anciano respondió con un claro sí. Trang y el padre Starzynski se miraron asombrados, y el capellán volvió a preguntar. Ba respondió de nuevo: “sí”. El sacerdote les dijo que se ausentaría unos minutos para traer el óleo sagrado y en ese instante, recuerda el sacerdote, “Ba me puso la mano encima y me dijo: «Asegúrate de volver»”.
Héroe de guerra defendiendo la vida
Mucho antes de ser bautizado, Ba (en la foto con su hija Trang) conoció la fe mientras asistía a escuelas católicas en Vietnam. Muy joven ingresó a formarse en la Facultad de Medicina de la Universidad de Saigón y más tarde sirvió en el ejército como cirujano de la División Aerotransportada de Vietnam, llamada Boinas Rojas, y en hospitales militares. Luchó para el Ejército de la República de Vietnam durante la Guerra.
En 1968, Ba volvió a casa para celebrar el Tet, o año nuevo lunar, con su familia en Hue. Inesperadamente, el Viet Cong de Vietnam del Norte lanzó un ataque masivo que ahora se conoce como la Ofensiva del Tet. Providencialmente, Ba se encontró con los estadounidenses y les ofreció sus servicios como médico. Él y otro médico más atendieron a cientos de heridos durante las dos semanas siguientes. Cuando se quedaron sin suministros, dirigió una exitosa incursión a través de las líneas enemigas hasta un depósito de suministros médicos. Años más tarde, el gobierno estadounidense le concedió a Ba la Estrella de Bronce por sus esfuerzos en salvar vidas.
La Primera Comunión fue su último alimento
Al igual que su padre, Trang había estudiado en escuelas católicas cuando era niña en Vietnam, pero aprendió mucho más sobre Dios después de conocer a su marido, Paul, que es católico. Un año antes de casarse, Trang fue bautizada en la Iglesia católica. Tuvieron dos hijos, Justin y Melissa. Y siguió rezando por la conversión de su padre.
Ba llevaba unos años enfermo, pero en los últimos meses el cáncer que se extendía por todo su cuerpo lo debilitaba y enfermaba cada vez más. Después de dejar a su hijo en el colegio comunitario, Trang visitaba a su padre, “dándole un masaje con una mano y rezando el rosario o la Coronilla de la Divina Misericordia con la otra”, relata.
Aunque se sorprendió cuando su padre decidió bautizarse, también estaba preparada para ese día. En su bolso, guardaba una botella de agua bendita de Lourdes, que el padre Starzynski utilizó cuando bautizó a Ba a las 3 de la tarde del 20 de septiembre de 2020. También lo confirmó y le dio la Primera Comunión. Fue lo último que alimentó a Ba antes de morir dos días después, a los 83 años.
El padre Anthony J. Killian, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza en Potomac Falls, la parroquia natal de Trang, ofreció una misa de entierro cristiano por Ba. Y el padre Starzynski presidió el entierro en el cementerio de la iglesia de Santa María de los Dolores, en Fairfax, el 13 de octubre.
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