Desde Medjugorje: «En los momentos críticos de mi vida aparecía una Rosa, que era la Virgen»

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El testimonio del matrimonio de Roberto Vilanova y Silvia Regina es un testimonio relatado desde el santuario de Medjugorje. Desde aquí nos cuentan su propia historia personal de fe y de devoción a la Virgen. Fue en el año 1989 cuando Regina aterrizó por primera vez en Medjugorje por una peregrinación organizada por una de sus amigas. «Tenía curiosidad por conocerlo también para realizar una limpieza de mi alma», explica Silvia. Tras una primera visita, regresó también en el año 90 fascinada y feliz, desde entonces Medjugorje forma parte de sus vidas y ya no puede pasar un año sin acudir.

La historia de Roberto es la de un acercamiento tardío al Señor un verano del año 2002. «Yo vi en ese momento un cordón plateado que recorría toda mi vida», explica Roberto. Y es que su vida hasta ese encuentro con el Señor a través de la Madre, era una vida dedicada exclusivamente al trabajo, a su negocio, era un hombre muy ocupado, no tenía tiempo. Pero ese año, cuando tuvo esa visión sintiendo el amor del Señor, pudo ver cómo en los momentos críticos de su vida aparecía una rosa. «En esa rosa que aparecía tanto en los momentos buenos como en los malos estaba la Virgen. Una de esas rosas era nuestro matrimonio donde nos casamos y comprendí que mi mujer era aquella que la Virgen me venía cuidando durante toda mi vida», explica Roberto. Desde ese momento Roberto comprendió que la mano de la Virgen estaba presente en estos acontecimientos tanto en los momentos dulces como en los menos dulces cuando su negocio fracasó.

A pesar de todos los avatares de la vida, Roberto y su mujer seguían visitando el Santuario para dar gracias a la Virgen de Medjugorje. «Cada vez que venimos sentimos el amor de ella, su cuidado y cómo nos ha ido educando y llevando hacia Jesús y a conocerlo cada día más».