Asalto al Cielo: La fe de Marta que perdió a su esposo y dos hijos en un accidente
Os presentamos el testimonio de Marta Oriol, una madre que en el año 2006 perdió a 2 de sus hijos y a su marido en un accidente de tráfico. Marta cuenta en su testimonio de Asalto al Cielo cómo es posible superar el dolor de la perdida de los seres queridos cuando se va acompañada de la fe y unida en el amor de Dios.
Lo cuenta explicando su propia experiencia de fe en esos momentos tan complicados. Marta siempre fue educada en un ambiente donde la fe se respiraba, estuvo rodeada de sacerdotes, religiosos y religiosas que desde que era pequeños les han apoyado. Con su marido también la fe jugaba un papel muy importante no sólo en ellos como matrimonio sino en la propia educación de los hijos. Cuando ocurrió la tragedia de perder a su marido y a sus dos hijos en un accidente pensó que no debía preguntarse el por qué de las cosas porque nunca lo iba a entender. “Lo único que pedía era fuerzas y oración porque era lo único que me podía sacar de esta situación. Esperanza y confianza”.
Así como ella misma cuenta Camino Católico, cuando te pasa esto, te quedan dos caminos: o te rebelas completamente o te agarras de la Fe. Hemos elegido la Fe y hemos acrecentado nuestra experiencia de Dios. Experimentar que ¡Dios existe!. Sin Él, nada tiene sentido y con Él todo es superable y posible. La batalla de cada día es confiar y esperanza y machacar eso ejercitándolo todo el día. Una mezcla de un dolor que tienes el corazón encogido y al mismo tiempo saber que éste sufrimiento tiene un sentido y que Dios me lo ha permitido ver y te permite sonreír y tener alegría. Gracias porque tengo una certeza brutal, que solamente me la puede permitir Dios, de saber que mi marido y mis hijos están donde están y que me permite sentirlos cerca y que algún día me volveré a encontrar con ellos.
Gracias a Dios por hacerles el regalo de llevárselos al Cielo… Ayudar a otras personas que están en esta misma situación y que no creen, ayudar a que crean y de pasar a no ver nada, a palpar, a sentir, a experimentar. Podemos esperar a una resurrección y un Cielo y yo y los que nos rodean podemos considerarnos otros “pequeños Cristo” y con esa Cruz saber que va a llegar ese “tercer día” y ese día de felicidad también en esta vida. Pues eres un escogido, una privilegiada.
¡No te pierdas el testimonio completo de Marta, impresionante!
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