El Papa explica la diferencia entre la Biblia y los libros de Historia
(ACI) El Papa Francisco explicó cuál es la diferencia entre la Biblia y los libros de Historia: Aunque al igual que en los libros de Historia, la Biblia contiene palabras e historias humanas, “las palabras de la Biblia están tomadas del Espíritu Santo, el cual da una fuerza muy grande, una fuerza diferente que ayuda a que esa Palabra sea semilla de santidad, semilla de vida”.
Tras reflexionar sobre el Padre Nuestro en sus últimas catequesis, el Santo Padre inició, este miércoles 29 de mayo, durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, un nuevo ciclo de catequesis sobre el Libro de los Hechos de los Apóstoles.
“Este libro bíblico escrito por San Lucas evangelista”, explica el Pontífice, “nos habla del viaje del Evangelio en el mundo y nos muestra la maravillosa unión entre la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que inaugura el tiempo de la evangelización. Los protagonistas de los Hechos son una pareja vivaz y eficaz: la Palabra de Dios y el Espíritu Santo”.
El Papa Francisco señaló que “la Palabra de Dios corre, es dinámica, irriga todo terreno sobre el que cae. ¿Y cuál es su fuerza? San Lucas nos dice que la palabra humana se vuelve eficaz no gracias a la retórica, que es el arte de hablar bien, sino gracias al Espíritu Santo, que es la dinámica de Dios, su fuerza, que tiene el poder de purificar la palabra, de hacerla portadora de vida”.
“Cuando el Espíritu visita la palabra humana, ella se convierte en dinámica, como ‘dinamita’, capaz de encender los corazones y de hacer saltar esquemas, resistencias y muros de división, abriendo nuevas vías y ampliando los confines del pueblo de Dios”, subrayó.
El Espíritu “es aquel que da sonoridad vibrante a nuestra palabra humana tan frágil, capaz de mentir y de sustraerse a su responsabilidad”.
De hecho, “el bautismo en el Espíritu Santo es la experiencia que nos permite entrar en una comunión personal con Dios y de participar en su voluntad salvífica universal, obteniendo la dote de la parresia, es decir, la capacidad de pronunciar una palabra de hijo de Dios: limpia, libre, eficaz, llena de amor por Cristo y por los hermanos”.
En su catequesis, el Papa Francisco también resaltó que “el Resucitado invita a los suyos a no vivir con ansia el presente, sino a establecer una alianza con el tiempo, saber esperar el desenlace de una historia sagrada que no se ha interrumpido, sino que avanza, sabiendo cómo esperar los pasos de Dios, Señor del tiempo y del espacio”.
El Papa finalizó su catequesis pidiendo al Señor “que nos de la paciencia para esperar sus pasos, de no tratar de ‘fabricar’ su obra y de permanecer dóciles rezando, invocando al Espíritu y cultivando el arte de la comunión eclesial”.
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