Pilar Sartorius: fundadora de Mater Mundi y madre espiritual de muchas personas

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Cuando se cumplen dos años de la partida a la Casa del Padre de Pilar Sartorius, fundadora de Mater Mundi TV, su hijo, el Padre Christopher Hartley nos habla de Pilar como madre y como madre espiritual para muchas personas. «A mi madre le debo la fe católica y el regalo de la vida y a la que debo un acompañamiento constante a lo largo de los años de sacerdocio», comienza diciendo el Padre sobre este particular homenaje que quiere hacerle. El primer recuerdo que le viene al Padre es el de una madre que siempre gestó la vocación sacerdotal en su vida, no sólo el regalo de la vida biológica junto con su padre sino la recuerda como una persona que siempre ha acompañado con enorme orgullo y admiración, a veces con preocupación el sacerdocio al que el Señor le llamó. «Siempre me acompañó en el ejercicio de mi ministerio sacerdotal y de mi vida misionera, incluso acompañándome personalmente y físicamente en misiones mientras tuvo fuerzas para ello. Vivió con enorme responsabilidad y cercanía el regalo de la vocación. Fue una persona fundamental en mi propia vocación sacerdotal», explica el Padre.

Además de ser parte integral de la vocación de su hijo explica que ella sigue «ejerciendo una maternidad espiritual que trasciende todas las fronteras de toda limitación física. La recuerdo como una mujer de una extraordinaria fortaleza espiritual, mental, incluso física. Una persona que nunca aceptó en no por respuesta y que ante los problemas siempre respondió con creatividad, no se quedó en una poltrona. La existencia de Mater Mundi fue el mejor testimonio de todo ello porque no satisfecha con lo que veía en una pantalla de televisión en vez de lamentarse, criticar o juzgar se dedicó a hacer algo», explica. Ante los problemas y dificultades en la vida dio la lección de que no hay que quedarse lamiéndose las heridas sino ponerse en pie y hacer algo.

Además ella lo hacía con alegría y un entusiasmo que arrastraba a otras muchas personas a pesar de la edad y el cansancio que pudiera tener. «Lo que ella llevaba en su corazón es un profundo amor a nuestro Señor Jesucristo, una inquebrantable fidelidad a la Iglesia, un amor extremadamente fiel y de una forma especial al Papa que fuera en ese tiempo fuese quien fuese», explica. En la vida de los padres de Christopher, pero especialmente de su madre, hubo un antes y un después tras su vocación. «Recuerdo como a través de conocer a la Madre Teresa de Calcuta con mi madre, nos acercamos al mundo del dolor, al mundo de los pobres, nos hizo cuestionarnos nuestra propia manera de vivir.

El encuentro con los santos siempre produce un impacto grandísimo». El encuentro con los amigos seminaristas por entonces del Padre también fue importante en la vida de Pilar porque la casa donde se realizó la entrevista fue refugio de muchos seminaristas jóvenes con una enorme alegría y entusiasmo. «Muchos de ellos encontraron aquí hogar, casa y la paternidad y maternidad de mis padres».