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La princesa que ya no puede ser reina de Inglaterra porque es católica

La princesa que ya no puede ser reina de Inglaterra porque es católica

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(Gaudium Press) No es muy común que una princesa de sangre real, descendiente de la victoriana Reina Victoria y de fallido último kaiser, cambie de religión y se haga católica. Es lo que ocurrió con Alejandra de Hannover.

Aunque ya tiene más de 20 años, sigue teniendo aspecto de muy joven. Había sido bautizada en el luteranismo en 1999, religión de su padre Ernesto de Hannover, pero poco después de alcanzar la mayoría de edad se hizo bautizar en la Iglesia Católica Apostólica y Romana, la de su madre Carolina de Mónaco con quien se educóen un hecho que había permanecido discreto hasta que un coronel de los Caballeros del Príncipe de Mónaco cometió una ‘infidencia’.

En el 2018 la revista Point de Vue entrevistaba al coronel Luc Frigant, por su servicio de 30 años al servicio de Alberto II de Mónaco, lo que lo colocaba en mirante privilegiado para observar la evolución de la familia Grimaldi en el tiempo en que había servido para ella.

Lloraban las princesas; no estaba su ahijada

El Palacio organizó una ceremonia para agradecerle por sus años de servicio, y el Coronel contó que en ella “las princesas Carolina y Estefanía tenían lágrimas en los ojos, eso vale más que todos los discursos del mundo… Lamenté que Alexandra de Hannover, que me eligió como su padrino cuando fue bautizada en la fe católica no pudiera estar allí…”. Estaba dicho, como de pasada, algo bastante relevante.

Alexandra ocupaba un lejano pero real puesto en la línea de sucesión al trono británico, por la sangre de la casa Windsor que corre por sus venas. Se afirma que se había preferido su bautismo en el luteranismo para permanecer en esa línea de sucesión; pero al final su decisión fue hacerse católica, por lo que ya no puede estar en esa categoría donde sólo se admiten anglicanos. Ya no podrá aspirar, pues, a la jefatura de la Commonwealth…

Pero le quedan sus títulos, que son muchos, más que los de cualquier miembro de la familia Grimaldi. Ella es duquesa de Brinswick y Luneburgo, y princesa de Gran Bretaña e Irlanda. Y sobre todo porta ahora un nuevo título, ciertamente el más importante, el hija de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.

No es un medio fácil en el que se mueve. Y ella aún es muy joven. Que el cielo la proteja.

(Saúl Castiblanco / Gaudium Press)

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