¿Qué nos enseña Santa Marta? el compromiso de entregar a Dios lo que a Dios le pertenece

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Os presentamos un programa más del Padre Valentín Aparicio sobre personajes de la Biblia. En este programa el Padre hablará de Santa Marta. Hay que recordar que había tres hermanos: Marta, María y Lázaro. Vivían en Betania, una aldea cercana a Jerusalén. «En aquella época era una aldea separada pero que Jesús utilizaba de alguna forma como ciudad dormitorio», explica el Padre. Jesús tenía esta familia formada por Marta, María y Lázaro que le acogían. Digamos que Betania en el Evangelio es sinónimo de acogida, de bienvenida, el lugar donde Jesús encontraba calor y amistad. «Es un lugar que es imagen de lo que debería ser la oración en nuestra vida, un acoger a Cristo», comenta.

Pero sin embargo, el significado del nombre Betania, Bethanie en hebrero es Casa del Dolor. «Las leyes de pureza, rituales judíos impedían que Jesuralén la ciudad santa entraran personas que eran ritualmente impuras». De tal forma que Betania podía ser ese lugar más cercano a Jesusalén para este tipo de personas. Pero por otro lado, ¿qué representa Marta? Todos conocemos esa escena en la que Marta está a los pies de Jesús pero no siempre fue así. «Jesús cuando llegaba no legaba solo llegaba con un montón de discípulos, apóstoles, multitudes que lo seguían», explica el Padre. Hay que recordar esa frase de Jesús le dice a Marta: «Marta andas inquieta e intranquila pero solo una cosa es importante».

Y es que es verdad que todos llevamos vidas muy ajetreadas, muchas veces dejamos que esos agobios que tenemos en el día a día ahoguen a Dios. «Me resulta interesante comparar dos textos evangélicos que utilizan la misma expresión griega, porque Jesús le dice, Marta andas inquieta e intranquila utiliza el verbo merimnao que es estar ansioso por algo», comenta el Padre Valentín. Pero, ¿qué enseñanza nos transmite Marta? Marta es un ejemplo de poner límite y decir hasta aquí. De este modo le entregó a Dios lo que a Dios le pertenece. «Le dio a Dios el tiempo, porque el tiempo es de Dios dejando que los agobios del futuro pertenezcan al futuro».