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Teresa Palomar, la joven de La Voz, una católica sin complejos: «Hay milagros cada día, ¡despierta!»

Teresa Palomar, la joven de La Voz, una católica sin complejos: «Hay milagros cada día, ¡despierta!»

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(Religión en Libertad) Teresa Palomar define a la perfección lo que es ser un joven católico sin complejos. Pese a sus 19 años tiene las cosas muy claras en su vida y la fe es un pilar fundamental en ella. Pero no para guardársela para sí misma sino para ser un instrumento para evangelizar a una juventud que ya no ha oído hablar de Dios.

Esta joven está arrasando en La Voz, el reality de Antena 3 que muestra el talento artístico de los concursantes. Ya lo hizo con su primera canción, que en Youtube lleva ya más de 1,3 millones de visionados y de nuevo con su nueva interpretación, “Canela en Rama”, que en apenas un día ya acumula más de 200.000 visualizaciones.

Esta joven católica cree que todo lo que está viviendo no es casualidad, sino providencia. Y al saber que ahora su testimonio tiene un alcance mayor para los jóvenes está decidida a hablar de Cristo, y cómo actúa en su vida transformándolo todo. Ya dijo que hay que ser valiente, seguir a Cristo, hablar de Él a los demás”.

Y ahora cuenta a los jóvenes como ella que “la fe es una experiencia de amor real, es un cambio de mirada, en la que sabes que cada acto bueno que haces te viene inspirado por Dios, incluso tus sueños, tus metas y tus proyectos de vida; y que todo lo que tienes te lo ha dado Dios, cada cosa pequeña del día a día”.

Para ser este instrumento de Dios y llevar el mensaje de Jesús a los demás, Teresa Palomar ha querido relatar su experiencia de fe en un testimonio en primera personas que recoge Jóvenes Católicos:

¡Los milagros ocurren cada día! ¡Despierta! ¡Espabila!

«Muchas veces me han preguntado qué es la fe. Nunca me ha gustado tener que definirla porque nunca he sabido qué palabras usar para explicarme, “¿qué digo yo ahora? Simplemente he tenido la suerte de que me han educado así, creyendo, pero no sé qué decir… van a pensar que no tengo ni idea, que no tengo argumentos para defenderme”.

Yo estoy ahora en 4º de carrera y llevo cuatro años aprendiendo a responder esta pregunta.

A la vez que estudio, trabajo para financiarme la carrera de Educación Infantil (he impartido clases particulares de guitarra, lectoescritura y cocina, he sido azafata en eventos, canguro de niños, becaria en prácticas en diferentes departamentos de mi universidad, he cantado en bodas y he vendido postres) y me dedico a la música: compongo mis cosas y canto las cosas de otros.

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Hay ocasiones en las que me paro a pensar y creo que, de verdad, Dios me regala tiempo extra dentro de las 24 horas del día solamente a mí, que soy una mimada. Tengo otra teoría que puede que sea más razonable y es que cuantas más cosas haces en un día, mejor te organizas y sabes cómo gestionar ese tiempo: cómo hacer el mayor número de actividades en el menor tiempo posible. Así es mi vida. Hay otras ocasiones, sin embargo, en las que no entiendo nada, me vengo abajo, lloro y me hundo, me comparo con los demás “por qué yo no tengo todo el tiempo que tiene este o por qué tengo que andar buscando trabajo y a esta otra se lo pagan todo sus padres”

Me cuesta salir de ahí pero cuando lo consigo y me doy cuenta, nunca dejo de dar las gracias por todo lo que me cae del cielo, por todo lo que sé que me viene de ahí arriba, cada oportunidad de trabajo, cada dinerillo extra con el que me puedo ir a tomar algo, por todos y cada uno de los detalles que tiene Dios conmigo; que pase el bus justo cuando me bajo del anterior, que me levante por la mañana y haga sol, que me salga automáticamente en Spotify la canción que tengo en bucle, que me dé tiempo a ir a misa y millones de cositas pequeñas más que me pasan cada día.

Si hablamos ahora de cosas grandes (a nuestros ojos), hace un año Dios quiso que me apuntara al casting de La Voz. Ahora estoy dentro. He pasado las audiciones a ciegas y se han girado tres de los cuatro coaches, yo me he ido con Pablo López y no es casualidad que el vídeo de mi audición haya tenido más de 1 millón trescientas mil visualizaciones en YouTube y que haya aparecido en varias revistas, periódicos y cadenas. Es que esto no puede ser casualidad y no lo es, se llama Providencia. Quién me iba a decir a mí el verano pasado con 19 años que, para empezar, iba a pasar la primera fase del casting, que luego iba a pasar las audiciones a ciegas y que, gracias a esto, iba a estar dando testimonios y escribiendo sobre la fe católica para miles de jóvenes que, como yo, seguimos buscando respuestas a todas las dudas que tenemos. Cómo iba a saber yo todo esto. Si yo solo quería cantar.

Supongo que muchos conoceréis la película El Príncipe de Egipto. Hay una canción que dice “habrá milagros hoy si tienes fe”. Siempre me ha encantado este tema, lo cantaba en el coro de mi colegio cuando era pequeña, pero la verdad es que nunca entendía esta frase y pensaba en mi interior: “pues yo tengo fe y yo nunca he visto ni vivido ningún milagro, a mí no me ha pasado nada fuera de lo normal, no le veo el sentido a esta frase por ningún lado”. Y no lo he conseguido entender bien hasta hace poco. ¡Los milagros ocurren cada día! ¡Despierta! ¡Espabila! Que estés vivo, que puedas despertarte un día más, que estés estudiando lo que más te gusta o que hayas decidido cambiar de carrera porque has encontrado tu vocación; que hayas querido ayudar en casa a tus padres, que hoy no hayas discutido con ninguno de tus hermanos, que hayas comido, que hayas aprobado ese asignatura en la convocatoria que sea, que hayas sentido que la homilía de la misa de hoy iba dirigida únicamente a ti, que te hayas encontrado un billete de cinco euros por la calle o que hayas podido ver a tu mejor amigo y contarle cualquier cotilleo; todas estas cosas son detalles que tiene Dios contigo porque te quiere y te quiere feliz con Él, te quiere bien y te cuida; te anima a que sigas cogiendo fuerzas para defenderle ante los que le hacen daño, te motiva para que seas valiente y des testimonio de la fe que te ha regalado.

Me siguen preguntando qué es la fe y ahora me siento más segura a la hora de responder. Yo cuento esta historia. Y digo que la fe es una experiencia de amor real, es un cambio de mirada, en la que sabes que cada acto bueno que haces te viene inspirado por Dios, incluso tus sueños, tus metas y tus proyectos de vida; y que todo lo que tienes te lo ha dado Dios, cada cosa pequeña del día a día. Puede que pasemos por malas rachas, que nos haya descolocado de repente algo inesperado, que suframos y que no entendamos muchas veces lo que se nos viene encima. Confía, porque Dios lo ha permitido, déjalo en sus manos. Yo suelo decir que todo pasa por algo».

Teresa Palomar

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