Capítulo 4-1ª Parte Conociendo las Escrituras: El mundo de los comienzos
Os presentamos un programa más de ‘Conociendo las Escrituras’ presentado por Beatriz Ozores, en este capítulo que lleva por título ‘Conociendo las Escrituras’: El mundo de los comienzos. En este programa explicaremos el significado del pecado como lo opuesto al amor, el rechazo al amor: la imagen queda distorsionada y se pierde la semejanza que da el Espíritu de Dios.
-Expulsión del Paraíso: nueva situación de adán y Eva: el paraíso es vivir en comunión con Dios, pero esta comunión la han roto con el pecado.
“El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y su mujer, y los vistió. Y el Señor Dios dijo: He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal; que ahora no extienda la mano y tome también el árbol de la vida, coma y viva para siempre. Así pues, el Señor Dios lo expulsó del jardín del Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado. Cuando lo hubo expulsado, puso, al oriente del jardín del Edén, querubines blandiendo espadas flameantes para guardar el camino del árbol de la vida.” (Génesis 3,21-24)
Aún después de la caída, Dios cuida siempre del hombre. Lo primero que hace Dios tras el protoevangelio, antes de expulsar al hombre del paraíso, es vestirle. Aquí comienza la historia del hombre en la tierra, tal como la conocemos nosotros.
Cain y Abel
“Adan conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín.Y dijo: He adquirido un varón gracias al Señor. Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ganado menor, y Caín, labrador.” (Génesis 4,1.2). En el lenguaje bíblico, para designar la unión sexual del hombre y la mujer, se emplea el término “conocer”, indicando la profundidad humana de esta relación que, dándose a través del cuerpo, se sitúa al mismo tiempo en el ámbito de la inteligencia y de la voluntad.
-Caín es el prototipo del hombre perverso y homicida; Abel, el del hombre justo que sufre sin culpa la muerte violenta.
La vida humana es sagrada-enseña la iglesia-porque desde sus inicios es fruto de la acción creadora de dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente (CEC, n. 2258)
¡No puedes perderte el programa completo con el que aprenderás muchas cosas que no sabes!
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