Advocaciones marianas: La Virgen del Rocío
La Virgen del Rocío también conocida como “la blanca paloma” o reina de las marismas es una advocación mariana que tiene su origen en Andalucía, concretamente en la provincia de Huelva y en el pueblo de Almonte, donde se la venera en el santuario del Rocío y en la romería del mismo nombre.
La romería, cuando la virgen sale en procesión, es un acontecimiento que conjuga lo religioso y lo folclórico y que se celebra entre mayo y junio, justo después de la Pascua, en paralelo a la celebración litúrgica del pentecostés.
Además de en la procesión, multitud de peregrinos acuden en masa a su ermita a rezarla o pedirla favores y prebendas a lo largo de todo el año.
La ermita del rocío fue erigida en 1960 por los arquitectos Antonio Delgado y Alberto Balbontín con base de cruz latina, tres naves, un triforio y al fondo la capilla mayor. Nueve años más tarde fue bendecida por el entonces obispo de Huelva, monseñor José García Lahiguera.
El precedente de la ermita fue una pequeña capilla que se encontraba en la vecina población de Niebla; la cual se quemó en el conocido como incendio de Lisboa; en el año 1755; la virgen fue entonces trasladada a Almonte y desde allí se ha situado desde entonces.
La leyenda de la virgen del Rocío la recoge su hermandad, y está también documentada en las primitivas reglas de la misma; donde se narra la historia de un cazador en los tiempos del rey
Alfonso XI, que se pierde tras una presa en un frondoso bosque y tras su búsqueda enloquecida es sorprendido con una hermosa virgen hecha de madera que surgió de entre las malezas y las zarzas.
La cofradía era conocida como hermandad de las rocinas y este nombre derivo en Rocío.
Actualmente es la encargada de organizar la liturgia y la romería de la virgen pero, sobre todo, de difundir su devoción y canalizar la nueva llegada de los rocieros, que es una de las mas fervorosas manifestaciones de religiosidad de Andalucía.
Custodia también el manto, la capa y los ex votos de la imagen que es portada en procesión en un carro tirado por mulas por las marismas campo a través acompañada por los rocieros y rocieras vestidas de flamenco a caballo o andando.
El recorrido transcurre desde la ermita de Almonte hasta la vecina aldea del Rocío, y comprende terrenos de marismas con arbustos y de otras zonas de vegetación propia de la zona: sobretodo pinos, eucaliptus y acebuche (olivos silvestres).
A lo largo de los siglos, cuando el pueblo se encontraba con dificultades e imprevistos como epidemias, sequías o malas cosechas sacaban a la virgen en procesión para pedirla favores como lluvia para las cosechas, al tratarse de un entorno árido y polvoriento sobretodo en el estío.
En la actualidad, su salida no corresponde a las desgracias sino en fechas determinadas de Agosto. La romería ha evolucionado a lo largo del tiempo; antiguamente era un acto solemne, donde la talla era portada por el clero bajo palio con capa pluvial y enorme cruz parroquial. Sin embargo en la actualidad se ha convertido más bien en un acto de tipo festivo y de ambiente popular, donde los marismeños siguen a la virgen entre canticos de flamenco y bailes.
A la virgen se la cubre ocasionalmente con un paño para que no se ensucie demasiado con el polvo del camino y, al terminar la procesión, se la vuelve a colocar en la ermita y los almonteños la despiden subiéndose a la reja de la ermita hecho que se conoce como “subir a la reja”. La talla va precedida de unos pendones o exornos conocidos como sin pecado que la acompañan por el camino y va adornada con corona y relieves en pan de plata y oro. A veces se viste de reina o de pastora según las preferencias de sus seguidores. Las encargadas de vestirla son a menudo mujeres, sobretodo ancianas que son conocidas como “las abuelas de Almonte”. En determinados momentos de la procesión la virgen se para y se sube a una tarima donde se la quita el guardapolvo y sus fieles pueden descansar de la caminata o entonar algún canto en forma de sevillana; ocasionalmente se la reza alguna salve. De hecho, algunas de las sevillanas más conocidas e importantes se escribieron en honor a la virgen del Rocío.
Algunos años la procesión se prolonga hasta el vado del Quema, en el río Guadiamar, afluente del Guadalquivir, localidad cercana a Villamanrique de la condesa donde la virgen cruza el río en una barcaza acompañada de caballos y yeguas.
Cuando Almonte y sus tierras colindantes fueron propiedad de los duques de Medina Sidonia el entorno se hizo más grande e importante ya que se construyeron casas, ventas y sitios de reposo para los arrieros y caballos. Posteriormente se abrió una carretera entre la aldea del Rocío y Almonte, hecho que propició y favoreció la peregrinación. Actualmente el terreno pertenece al Estado.
Ocasionalmente se conmemora el conocido como rocío chico, hecho que conmemora la defensa de las tropas españolas frente a Napoleón en dicho lugar, y es una procesión parecida solo que más corta.
(2013)