La clausura desrejada: una historia sobre las debilidades del ser humano

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La clausura desrejada es una novela sobre la clausura pero va más allá. Mariano Fresnillo su autor, periodista católico con ceguera nos cuenta que tras escribir varias obras, de cuentos y testimoniales quería dar un salto e ir más allá haciendo una crítica social del siglo XXI. «Quería hacer una crítica porque creo que estamos ante una sociedad enferma de paradojas, de debilidades», explica. ¿Y cómo podía hacer esta crítica? Tuvo la idea de visitar un convento de monjas contemplativas, un mundo desconocido para muchas personas pero también para Mariano. «Pensé entonces cómo juntar el mundo de las monjas de clausura desconocido y poco comprensible para la gente con el mundo de hoy en día que parece que es muy entendible pero que tiene muchas contradicciones y deja mucho que desear», explica Mariano.

Este es el contexto de la historia que narra la novela a través de una empresaria de prestigio que llega a un convento de monjas y le propone la madre abadesa que se cambie por su hermana gemela, una permuta. «Ella se mete como monja, la monja en el puesto de empresaria, nadie se entera y cumple ese año para descansar», explica. Para ayudar a la mujer y probar la experiencia la madre abadesa permite que cuatro monjas salgan al mundo exterior y con esa excusa Mariano las introduce en contextos sociales extremos que hacen ponerlas a prueba en muchos aspectos. «Es una historia sobre las debilidades del ser humano, la ambición todo lo que trae el ser humano y saca a relucir a través de estas monjas».

Lo que explica Mariano como mensaje central del libro es una frase evangélica que es la de no juzguéis y no seréis juzgados. «A veces criticamos este mundo desconocido de gente que por vocación entra ahí y cuando hay gente que tiene una vida de prestigio, una vida de fama efímera y que es más criticable que el mundo de estas monjas». Un mundo en ocasiones extremo donde Mariano recurre en sus páginas a la oración, las monjas acuden a la oración en momentos fuertes porque a veces es el bálsamo para poder seguir hacia delante.