Jesús en la tierra sigue viviendo su Pasión, sigue clavado en cruz
Os presentamos un programa más del Padre Valentín sobre los personajes de las Sagradas Escrituras. En el espacio que emitimos esta semana hablaremos sobre el año litúrgico que en estos días celebraremos. Un año litúrgico que como bien explica el Padre tiene un corazón y ese corazón es la Semana Santa. «Un corazón sano quiere decir un cuerpo sano», por ello el Padre nos invita a vivir intensamente estos días de Semana Santa y el resto del año litúrgico nos irá bien. Pero, ¿cómo podemos vivir la Semana Santa? El Padre nos quiere dar una serie de pistas.
En primer lugar, debemos estar atentos a lo interior. «La pasión de Cristo es como un iceberg, de un iceberg solo vemos una parte mientras que el 90 por ciento está escondido debajo del agua» explica. ¿Por qué el Padre nos dice esto? porque el sufrimiento físico de Jesús en su Pasión que fue terrible es solo ese 10 por ciento escondido del iceberg. «Lo más importante es lo que Jesús vivió por dentro, su sufrimiento moral y es infinitamente mayor que el sufrimiento físico», explica. El sufrimiento que experimentó por la traición de sus amigos, por el abandono que experimenta, por ese amor que él pretende dar al mundo y que no recibe.
Esto es algo importante que el Padre quiere resaltar porque el sufrimiento de Jesús terminó un Viernes Santo a las tres de la tarde cuando dio su vida por nosotros, pero el Padre nos pregunta: ¿el sufrimiento moral de Cristo se ha terminado? La respuesta es no. Jesús es verdad que físicamente no pudo sufrir más pero moralmente, es decir, el sufrimiento de su corazón si que lo sigue viviendo en cada sagrario, en cada Iglesia por el desprecio y el pecado del mundo.
¿Por qué nos explica esto el Padre? para hacernos entender que Jesús en la tierra sigue viviendo su Pasión, sigue clavado en cruz.
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