Frecuentó el mundo de la noche, hoy cuenta su conversión y cómo es ser padre de nueve hijos
Javi y Rosa son un matrimonio sencillo como cualquiera de nosotros, ellos tienen nueve hijos y nos cuentan cómo es su día a día, como viven la fe en comunidad, como ha sido su proceso de conversión y cómo cada día es un nuevo reto para ellos. Javi reconoce que viene del paganismo más absoluto, de la no creencia. Desde hace ya 23 años pertenece a la Iglesia católica. La vida de Javi antes de este acercamiento tan profundo a la fe era de alejamiento total a todo lo que tenía que ver con la fe.
El venía del mundo de la noche. «Tenía arraigado un alcoholismo serio, consumía drogas, tenía una sexualidad bastante desordenada, no sé por qué Dios se fijó en mí porque la verdad es que tampoco lo busqué», reconoce Javi. De padre protestante y madre católica, Javi vivió unos momentos de más joven de confusión donde no venía en Dios un Dios de amor. «Una chica me animó a probar en unas comunidades, a la que ya pertenecía mi hermano. Yo pensaba que sería cuestión de ir un par de veces y ya iríamos a lo nuestro. Ella no duró mucho pero yo sentí la necesidad de seguir en esto, sentí que Dios me quería donde ni siquiera yo me quería», explica. Ese fue el punto de partida que le hizo dar paso a paso hasta el día de hoy. El Señor poco a poco fue transformando la vida de Javi.
Tras este tiempo Javi tuvo una relación que no fructificó y pensó que el matrimonio no estaba hecho para él. En este tiempo llegó a lo más alto en el mundo laboral alcanzando puestos directivos muy altos. Todo cambió en otra cena de nochevieja cuando la parroquia le invitó a una cena donde conoció a la que ahora es su mujer, Rosa. «Tuvimos un breve noviazgo y nos casamos. Yo en mayo del 2003 tuve una convivencia y en esta convivencia el tema central era Amarás a Dios sobre todas las cosas. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba llevando una doble vida, a mitad de la Eucaristía entré y se estaba dando esta Palabra. Recuerdo un joven que dio testimonio, un testimonio parecido al mío y dijo que tenía pensado cambiar de vida. Yo salí de esa convivencia convencido de que mi vida tenía que cambiar», resalta.
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