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Madre Olga: «Seguir a Jesucristo supone vivir y morir con la cruz»

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La madre Olga María del Redentor es priora del convento de las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús y una de las que se han encargado de abrir el Congreso de Evangelización de Getafe del 2019. Esta religiosa habita en el monasterio asturiano de Valdediós y es una enamorada del Corazón de Cristo.Desde 2001, vive totalmente volcada y entregada a la vivencia y a la profundización de la espiritualidad del Sagrado Corazón.

La madre Olga es la fundadora de las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús, además es autora de varios libros vivenciales y testimoniales. «¡Qué afortunada me siento! ¡Llamada a una vida de intimidad con Dios-Amor! Y… ¡es sencillo! Todo se reduce al Amor. Todo lo que el amor hace es perfecto. Amar, siempre amar y sólo amar, ese es nuestro oficio, y desde ahí… lavar, cocinar, planchar… ¿qué más da? ¡Ser Jesús! ¡Ser el corazón de la Iglesia! ¡Ser alabanza perenne de su gloria!», dice la madre Olga María del Redentor.

Su llamada

Nació en Baracaldo (Vizcaya) el 3 de junio de 1970, su llamada la relata de la siguiente forma.  «Así pues, miro hacia atrás, y me pregunto dónde empezó esta historia, la llamada, la respuesta… lo pienso despacio y llego a la conclusión de que hay que distinguir etapas y momentos en mi vida. La llamada de Dios está bien clara, y me emociona, me pone la carne de gallina: “El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante El por el AMOR. El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya (léase gratis), a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia…”

Una cosa es saber desde cuándo y por qué me llama Dios y otra –bien distinta por cierto- hablar del momento de mi vida en que yo empecé a tomar conciencia de esa llamada. EL me llamó, bien clarito lo dice San Pablo, porque El quiso, porque le dio la gana, “por pura iniciativa suya”. En eso sí que yo no tuve nada que ver, pues ni siquiera existía. Pero Dios –y esto me da un poco de vértigo pensarlo- sin yo existir, me amó o me pensó con amor, no sé cómo decirlo. Desde toda la eternidad me amó, me pensó, y pensó también un tiempo para crearme, unas circunstancias, unos padres, un lugar, una voz, una inteligencia, unas manos, una sensibilidad, un rostro, un carácter… en definitiva: me pensó y me amó, y luego, cuando a El le pareció, me creó y me hizo nacer. Así que mi vocación… se puede decir que es un asunto que viene de antigua ¿no? Los porqués habría que preguntárselos a Dios y no sé si El nos contestaría, porque como casi todo en El, la vida, la vocación de cada ser creado, es misterio. Así que allá EL. A mí lo que me importa es que EL me eligió, que me eligió y que estoy contentísima y agradecidísima por ello, lo demás me trae bastante al fresco, esa es la verdad.

En la ponencia que tuvo en el Congreso de Evangelización de Getafe volvió a hablar de esa relación con Dios, del Dios-amor y del verdadero servicio que supone amar, lo explicó con estas bellas palabras: «¡Qué afortunada me siento! ¡Llamada a una vida de intimidad con Dios-Amor! Y… ¡es sencillo! Todo se reduce al Amor. Todo lo que el amor hace es perfecto. Amar, siempre amar y sólo amar, ese es nuestro oficio, y desde ahí… lavar, cocinar, planchar… ¿qué más da? ¡Ser Jesús! ¡Ser el corazón de la Iglesia! ¡Ser alabanza perenne de su gloria!», dice la madre Olga María del Redentor.

¡No te pierdas la charla completa, te sorprenderá!

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