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Superviviente del terremoto de México: «Dios sacudió mi mundo»

Superviviente del terremoto de México: «Dios sacudió mi mundo»

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Os ofrecemos un impactante testimonio de una superviviente de México que escribe una carta realmente conmovedora. Un canto a la vida, al amor y a la esperanza.

 

Hoy Dios sacudió mi mundo. Lo sacudió, pero no me soltó, me despertó. Me sacudió tan, pero tan fuerte que hoy amanecí como una persona y me fui a dormir como otra completamente diferente. Me di cuenta de lo tonta que fui, por dar el tiempo por hecho. De lo ingenua que fui, por pensar que no era necesario decirles a mis papás cuanto los quiero, a mis hermanos que no podría vivir sin ellos y a mis amigos que el tiempo con ellos se hace ligero.

Son en situaciones como las que hoy vivimos, en las que te das cuenta de que la vida es rápida y que no perdona a nadie. Que cuando te toca, ni que te quites y que cuando no, ni que te pongas. Que la vida se acaba cuando menos te lo esperas y que en una milésima de segundo todo puede cambiar. Son momentos como estos en los que nos damos cuenta que no debemos dejar discusiones a medias, malos entendidos sin resolver y amores sin perdonar.

Son momentos como estos en los que un abrazo vale mas que mil palabras y un beso mas que mil suspiros. Son momentos como estos en los que nos damos cuenta de que lo único que importa es el amor; cuanto das y cuanto recibes. Aunque muchas veces estos dos no vengan en proporciones equilibradas, lo más importante en esta vida es amar; amar sin medida. Son momentos como este en los que me arrepiento de todas las palabras que me guarde, todas las lágrimas que no llore, todas las risas que desperdicie, pero sobre todo, los días que sobreviví en vez de vivir.

Y es que el tiempo es traicionero. El tiempo hoy traicionó a niños que creían que volverían a jugar futbol con sus amigos en el recreo y a madres que creían que volverían a casa a encontrarse con sus hijos. El tiempo traicionó a padres que no tuvieron tiempo de darles un beso de despedida a sus hijos porque ya iban tarde al trabajo y a amigos que siempre dejaban esa salida a comer para la próxima semana. El tiempo traiciono también, a todos esos amores que prometieron reencontrarse en el futuro.

Los humanos vivimos por el “todo a su tiempo”; pero es que hoy tengo miedo de que ese momento nunca llegue. Y aunque mi cabeza y mi razón me dicen que sí está en los planes de Dios, y que ese tiempo llegará, mi corazón y mi alma se llenan de impaciencia y me dicen que ya no espere más. Vivir es un privilegio que a muchos hoy les fue revocado. Estar vivo hoy, es una oportunidad para empezar de cero.

Estar vivo hoy, es un llamado de Dios para que volvamos a tomar el control de nuestras vidas y cumplamos las promesas que hicimos, los sueños que soñamos y las metas que nos propusimos. Estar vivo hoy es una segunda oportunidad para recuperar a aquella persona que perdiste, para pedir perdón a quien heriste, para decir todas esas palabras que te guardaste. Estar vivo hoy, es la oportunidad perfecta para empezar a amar como nunca antes has amado.

(La Revista Peninsular)

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