Jornada de Oración por las Vocaciones: “La vocación es una historia de amor”
(ACI).- El próximo 7 de mayo, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de las Vocaciones Nativas bajo el lema “Empujados por el Espíritu: aquí estoy, envíame”.
Según explicó el P. José Gabriel Vera, director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal, “con esta jornada se pretenden alcanzar 3 objetivos: que todos los cristianos sean sensibles a la vocación de especial consagración, que todos los cristianos piensen cuál es su propia vocación y que todos recemos por las vocaciones y, en el caso de la vocaciones nativas, ayudar de forma económica también a la Iglesia en los países de misión”.
Vocaciones en España
Francisco Javier Peño, seminarista de la Archidiócesis de Madrid (España), participó en la rueda de prensa de presentación de estas jornadas.
El seminarista explicó que tras acabar la carrera y cumplir su sueño de trabajar en el diario Marca, el periódico deportivo de máxima tirada en España, sentía que había algo que le faltaba.
“Cuando a priori lo tenía todo, había cumplido el sueño de mi vida, vi que mi corazón estaba hecho para algo más y pensaba que era una chica con la que casarme. Pero no fue así”, aseguró.
Según afirmó, después de estar muchos años huyendo de Dios y de la vocación al sacerdocio que intuía, finalmente decidió participar en una convivencia vocacional. “Fue pisar el seminario y sentirme más en mi casa que nunca”, expresó.
Entró en el seminario en septiembre de 2011 y el próximo 10 de junio será ordenado diácono.
“La vocación es, como cualquier historia humana, una historia de amor. Yo voy a ser sacerdote porque lo que me hace feliz es amar y el modo más pleno de amar que yo tengo es el sacerdotal. Y eso no quita que el matrimonio sea suficiente, pero lo que llena mi corazón es el seguimiento a Jesús como sacerdote”, aseguró Francisco Javier.
Vocaciones en territorios de misión
Según datos de la Conferencia Episcopal Española, el número de vocaciones nativas, es decir, surgidas en territorios de misión en todo el mundo, se han duplicado en los últimos 28 años. De 46.932 en el año 1989 a 88.138 en la actualidad. Un crecimiento, que han calificado desde la CEE como “espectacular”.
Para apoyar a los territorios de misión y las vocaciones que surgen en ellos, el Vaticano distribuye las ayudas a través de la Obra de San Pedro Apóstol, que en el año 2016 envió 20,9 millones de euros.
La CEE presentó la situación de la Iglesia en Mongolia. Después de 66 años de dictadura comunista, este país asiático reconoció en el año 1992 por primera vez la libertad religiosa.
Los católicos en este país son un 0,04% de la población, tienen 6 parroquias, 11 sacerdotes extranjeros, 44 religiosas extranjeras y el pasado año se ordenó Enkh Baatar, el primer sacerdote nativo. Actualmente hay dos seminaristas mongoles en formación.
La Hermana Esperanza Becerra, religiosa de la Consolata y misionera en Mongolia dio su testimonio sobre la importancia de esta ayuda en los territorios de misión.
Según aseguró la hermana Esperanza, la Iglesia en Mongolia tiene el objetivo “hacer presente a Cristo entre los hombres y darlo a conocer”.
Sin embargo, a pesar de que hay libertad religiosa aceptada por la Constitución, no se puede hacer una evangelización directa, por lo que los misioneros se centran en dar testimonio con su vida y trabajar principalmente en el ámbito social y educativo.
El trabajo de los misioneros en Mongolia se dificulta especialmente porque la Iglesia es considerada una institución extranjera, de ahí la importancia de que surjan vocaciones nativas en este país, para que “se transmita la fe con acento mongol y que sea considerado como algo propio del país”.
Si todavía no has visto la entrevista a la joven Inés Huete que este verano entrará en Iesu Communio, haz clic aquí para ver la entrevista completa.
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