Sacerdote en Siria comparte las duras condiciones de vida tras liberación de Alepo
(ACI).- Han pasado casi tres meses desde que el ejército sirio liberó la ciudad de Alepo del control de los terroristas musulmanes, y ahora la población local se enfrenta a las duras condiciones de vida en una ciudad que ha quedado en ruinas tras cinco años de lucha.
En una entrevista concedida a la organización francesa de ayuda a L´Oeuvre D´Orient, el P. Ziad Hilal, que hace su trabajo pastoral en Alepo, indicó que el costo de vida en Siria se ha vuelto más caro.
“Antes el dólar valía 50 libras sirias, ahora vale 520 libras sirias ¡Diez veces más! Los ciudadanos de Alepo carecen de dinero para vivir, son pocos los que trabajan”.
La gente necesita “alimentos, combustible, pagar la educación de sus hijos, la universidad, la leche para los niños. También hay que pagar los generadores de electricidad para cada familia”.
“Miles de personas están en la región de Alepo. Están sin techo o viven en antiguas fábricas. Carecen de todo. Otros han ido a Idleb (al suroeste de Alepo), a la frontera con Turquía, a Damas, a El Líbano. Otros se han refugiado en Europa. Algunos de los que se quedaron en Alepo han pasado a la parte oeste”, prosiguió el P. Hilal.
El sacerdote jesuita explicó que después de evacuación de los rebeldes de la parte este de la ciudad “la situación ha mejorado un poco, pero aún hay rebeldes en las aldeas de las afueras. Todavía hay tiroteos y bombardeos entre Alepo y la periferia”.
“La parte este de Alepo está casi destruida. Hay una presencia militar pero la gente no puede regresar allí”, dijo.
“A pesar de todo, los civiles salen a las calles, pueden salir de compras, los niños están más tranquilos. Sin embargo, no han vuelto la electricidad ni el agua a la ciudad. Después de los combates tuvimos un corte de diez días que fue muy difícil para todos. Es por eso que las personas no regresan ahora, aunque quisieran hacerlo. Además el invierno de este año ha sido muy duro, hemos tenido nieve en dos ocasiones”, contó el P. Hilal.
Respecto a la labor de la Iglesia, el sacerdote dijo que ahora les toca “estar al lado de los refugiados, los desplazados, los marginados. Las personas no solo vienen donde nosotros para rezar sino también para conseguir ayuda”.
El sacerdote destacó que esta situación “no representa un trabajo fácil para los sacerdotes, religiosos y religiosas, pero nosotros lo asumimos”.
Puso como ejemplo el trabajo de las seis iglesias católicas que colaboran entre sí en una iniciativa llamada “El punto de leche”.
Entre todos distribuyen cada mes leche para 2600 niños de Alepo. Las iglesias también reparten canastas de alimentos, productos de limpieza y ayudan a pagar la matrícula escolar y la vivienda de las familias.
Por otro lado, el P. Hilal señaló que la reconstrucción de Alepo todavía es algo prematuro porque “no hay paz en el país”. Sin embargo, dijo que hay muchas organizaciones que están reconstruyendo algunas iglesias y casas destruidas.
“El Nuncio Apostólico de Siria, el Cardenal Mario Zenari, y el P. Dal Toso, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, han venido hace tres semanas para evaluar la situación”.
“Tampoco podemos esperar un pronto retorno de la electricidad porque la red de corriente ha sido destruida en los combates. Se necesitan millones y millones de euros para reconstruirla ¿Quién la pagará? Hay que invertir en la ciudad. Queda esperar”, expresó.
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