La Conferencia Episcopal alerta del daño de la «sanación intergeneracional»
Fruto de su preocupación por la praxis de la conocida como “sanación intergeneracional” o “sanación del árbol genealógico” promovida por algunos sacerdotes católicos, los obispos españoles han emitido la nota «Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50) en la que exponen una valoración a la luz del Magisterio de la Iglesia y de los principios teológicos en los que se apoya.
La Conferencia Episcopal llega a la conclusión de que estas prácticas son ajenas a la Tradición y a la doctrina de la Iglesia, desaconsejándolas y alertando del gran daño moral y espiritual que puede causar a los feligreses.
Una seria preocupación pastoral
En la justificación de esta Nota, la CEE señala que en los últimos años se ha detectado en algunas diócesis españolas, especialmente en el ámbito de oraciones y retiros organizados por nuevos movimientos religiosos de carácter carismático, la práctica por parte de sacerdotes vinculados a estos movimientos de la conocida como “sanación intergeneracional”.
Los Obispos de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, al tener noticias de ello, movidos por una seria preocupación pastoral, decidieron estudiar el tema solicitando informes a diversos expertos del campo de la teología dogmática, la teología espiritual y la psicología.
Riesgos morales y espirituales
En base a los informes recibidos, en la reunión CCLXI del 7 de marzo de 2024, los Obispos de la Comisión, en el ejercicio del ministerio de enseñar y velar por el bien del pueblo de Dios, consideraron oportuno elaborar una breve nota en la que se facilitara una información sintética sobre la “sanación intergeneracional” (también conocida como “sanación del árbol genealógico”) y se emitiera una valoración doctrinal al respecto, advirtiendo de los riesgos de esta práctica, así como del trasfondo teológico que la sustenta, ajeno a la tradición y a la fe de la Iglesia católica.
El texto fue aprobado para su publicación en la reunión CCXLVIII de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, celebrada entre los días 26 y 27 de septiembre de 2024.
El fundamento teórico y la práctica de la “sanación intergeneracional” son descritos en las controvertidas obras de varios autores que establecen nexos entre la psicología, la medicina terapéutica y la espiritualidad.
Algunos autores (referidos por la CEE) defienden la transmisión intergeneracional del pecado y, correlativamente, la posibilidad de una sanación intergeneracional.
Según este modo de ver, pecados cometidos por antepasados de nuestro árbol genealógico, que quedaron sin perdonar en vida de quienes los cometieron, serían la causa de enfermedades físicas y psíquicas de sus descendientes.
Sincretismo de apariencia católica
El modo de curar dichas enfermedades consiste en identificar el pecado en el propio árbol genealógico. Posteriormente, mediante la oración de intercesión, exorcismos y, especialmente, la celebración de una eucaristía, se ruega al Señor Jesús o al Espíritu Santo que rompa el vínculo de pecado entre la persona y sus antepasados, alcanzándose así la sanación, muchas veces total y prácticamente instantánea.
Aunque esta práctica, extendida entre cristianos católicos y no católicos, se realiza con la mejor intención y con el deseo de aliviar el sufrimiento de las personas, al fusionar aspectos propios de la fe católica con otros que le son ajenos, resulta un sincretismo de apariencia católica con aspectos que incumben de manera explícita o implícita a cuestiones de escatología, particularmente la doctrina del purgatorio y la retribución; de eclesiología, en lo que respecta la comunión de los santos, vivos y difuntos, en el cuerpo de Cristo; de antropología, pues elimina la responsabilidad personal en el pecado y la libertad del ser humano, afectando a su relación con Dios; y de la teología de los Sacramentos, especialmente de la comprensión de la Eucaristía y del Bautismo.
En la web de la Conferencia Episcopal Española puedes leer el texto completo de esta nota en cuya justificación se concluye que “frente a aquellos que afirman la transmisión intergeneracional de los pecados de los antepasados, apoyándonos en la Palabra de Dios, queremos afirmar que a nadie puede imputársele pecados ajenos ni se le debe hacer responsable de los pecados de generaciones anteriores, sino que cada uno es responsable de su propia vida y de sus propios pecados”.
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