«La virtud de la justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es debido«. Como la prudencia (que veíamos en el anterior capítulo) se refiere a la perfección de la libertad, la justicia es buscar la perfección de nuestra relación social, la relación con los demás.
En la vida estamos continuamente optando entre situaciones justas e injustas. Por eso, dice claramente el obispo Munilla que «si uno opta por la neutralidad ante situaciones de injusticia, se está poniendo del lado del opresor». Quien dice que no quiere tener ningún enemigo, es que posiblemente renuncia a la justicia, porque quien se implica con lo justo va a tener enemigos, va a tener problemas.
Por eso, lo que la Sagrada Escritura nos pide es que optemos por la verdad en sí misma, la Verdad que nos hace libres, por encima de nuestra subjetividad y nuestras pasiones. Ahí se enmarca la virtud de la justicia y en esta, a su vez, la virtud de la religión.
Seguimos aprendiendo y formándonos con Mons. Munilla y el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
Agradecimientos: @EnTiConfio_ObispoMunilla
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