Del ateísmo y el nihilismo a volver a Cristo a través del Nuevo Testamento
En el programa del canal católico francés ‘Descubrir a Dios’, hoy os presentamos el testimonio de Kevin un joven que reconoce que cuando era pequeño no tenía especialmente fe. Pero reconoce que puso a Dios a prueba. «Estaba en mi cama y dije rezando: Dios, si existes, haz que aparezca una caja de juguetes en mi cuarto», recuerda. Como no apareció ningún juguete en ese momento dejó de creer. Recuerda que no era un ateo «buenecito» sino un ateo con una alta crispación, es decir, para Kevin creer en Dios a día de hoy, con la tecnología y todos los avances era algo que le resultaba imposible de creer.
La vida de Kevin dejó de tener sentido, ni motivación ninguna. Faltaba a clase, no tenía apenas amigos, no tenía buena relación con su familia, en definitiva, no sabía qué hacer con su vida. «Estaba perdido y era un poco depresivo», explica. En la universidad se vuelve a enfrentar con ese tema y ese pensamiento que tenía en ese momento tenía un nombre: nihilismo existencial. «Cuando uno llega a ese punto existen tres formas de abordarlo, la primera era la de continuar de forma mecánica, es decir, abandonar toda vida espiritual, toda trascendencia y continuar como una máquina.
O bien había que poner fin a esa vida». En ese escenario en el que se encontraba probó muchas cosas y como tenía algunos conocimientos en filosofía y otros temas como la mitología, pensó que tenía que empezar de nuevo. A partir de ese momento, con la primera búsqueda, a través de la filosofía, la mitología y otras religiones pasó por todo. «Hasta que releí el Nuevo Testamento porque la primera vez que lo leí lo leí como ateo y al leer el Nuevo Testamento me impresionaron las palabras de Cristo», recuerda.
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