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Hoy es el Sexto Domingo de Pascua

Hoy es el Sexto Domingo de Pascua

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(ACI) Este 6 de mayo la Iglesia celebra el sexto domingo de Pascua. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 15, 9-17, pasaje en el que Jesús les dice a sus apóstoles: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”.

A continuación puede leer el Evangelio y la homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Mons. Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día Juan 15, 9-17

9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

“Yo soy la vid; vosotros los sarmientos” (Jn 15,5). Con estas palabras Jesús comienza la exposición de la alegoría de la vid. La intención de Jesús al exponer esa alegoría es indicarnos el modo de dar fruto. Por eso continua: “Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto”. Y concluye ese desarrollo afirmando: “La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto” (Jn 15,8).

En el Evangelio de hoy Jesús repite la misma preocupación: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca”. No necesitamos decodificar la alegoría de la vid, porque esto lo hace el mismo Jesús: él es la vid, nosotros somos los sarmientos. Pero los frutos ¿cuáles son? ¿A qué se refiere Jesús cuando habla de “frutos”?

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